Las creencias son construcciones psicológicas que organizan nuestra percepción del mundo y guían nuestro comportamiento. Desde la perspectiva de la terapia cognitivo-conductual (TCC), las creencias se desarrollan a lo largo de la vida a través de la experiencia, el aprendizaje social y la interpretación de los eventos. Sin embargo, una vez establecidas, cambiar una creencia puede ser un desafío significativo debido a múltiples mecanismos psicológicos que refuerzan su permanencia.
El origen de las creencias: los esquemas cognitivos
En TCC, las creencias están organizadas en estructuras mentales llamadas esquemas cognitivos, que funcionan como marcos a través de los cuales interpretamos la realidad. Estos esquemas comienzan a formarse en la infancia y se consolidan a lo largo del tiempo mediante la repetición de experiencias y la interacción con el entorno.
Un esquema cognitivo puede ser adaptativo o desadaptativo. Por ejemplo, una persona que crece en un ambiente donde recibe amor y apoyo puede desarrollar un esquema de confianza en los demás. En cambio, alguien que experimenta rechazo o abuso podría desarrollar un esquema de desconfianza o inferioridad.
¿Por qué las creencias son tan resistentes al cambio?
Existen varios mecanismos psicológicos que explican por qué cambiar una creencia es tan difícil:
- Sesgo de confirmación
Nuestro cerebro tiende a buscar, interpretar y recordar información que confirme nuestras creencias previas, ignorando o descartando aquella que las contradiga. Este fenómeno, conocido como sesgo de confirmación, significa que, incluso frente a evidencia objetiva en contra, solemos aferrarnos a lo que ya creemos. thedecisionlab.com - Disonancia cognitiva
Cuando enfrentamos información que contradice nuestras creencias, experimentamos malestar psicológico, conocido como disonancia cognitiva. Para reducir esta incomodidad, solemos justificar nuestra creencia en lugar de modificarla. Por ejemplo, una persona con una creencia negativa sobre sí misma puede atribuir sus éxitos a la suerte en lugar de reevaluar su autoconcepto. medicalnewstoday.com - Efecto de anclaje
Las primeras experiencias o información que recibimos sobre un tema tienden a tener un impacto duradero en nuestra forma de pensar. Este sesgo cognitivo, conocido como efecto de anclaje, explica por qué es difícil cambiar creencias formadas en la infancia, incluso cuando la realidad adulta nos muestra algo diferente. thedecisionlab.com - Pertenencia a un grupo social
Muchas creencias están vinculadas a la identidad grupal. Cambiar una creencia puede significar cuestionar la cultura, la familia o la comunidad a la que pertenecemos, lo que genera resistencia por miedo al rechazo o la exclusión. - Condicionamiento emocional
Algunas creencias están asociadas a emociones intensas. Por ejemplo, una persona que ha experimentado traumas puede tener la creencia de que el mundo es un lugar peligroso. Aunque la evidencia indique lo contrario, el miedo ligado a esa creencia la mantiene activa.
¿Cómo se pueden cambiar las creencias?
Desde la TCC, el cambio de creencias se trabaja a través de varias estrategias:
- Reestructuración cognitiva: Identificar y cuestionar creencias disfuncionales, buscando evidencia en contra y explorando interpretaciones alternativas.
- Exposición gradual: Enfrentar situaciones que desafíen la creencia en un ambiente seguro, permitiendo que la persona adquiera nuevas experiencias.
- Experimentos conductuales: Poner a prueba la validez de una creencia en la vida real y analizar los resultados de manera objetiva.
- Psicoeducación: Comprender cómo funcionan los esquemas cognitivos y los sesgos ayuda a desarrollar una mentalidad más flexible.
Conclusión
Las creencias son la base de nuestra percepción del mundo y de nosotros mismos. Aunque cambiar una creencia puede ser un proceso desafiante debido a mecanismos como el sesgo de confirmación y la disonancia cognitiva, la terapia cognitivo-conductual ofrece herramientas efectivas para modificar esquemas desadaptativos y promover una visión más saludable de la realidad. El cambio es posible cuando se trabaja de manera estructurada y con la disposición de cuestionar lo que hemos dado por cierto durante tanto tiempo.
Para profundizar en estos conceptos y explorar estrategias personalizadas para el cambio de creencias, considere iniciar una consulta con un profesional especializado en terapia cognitivo-conductual. Reserve una sesión aquí.